Relevancia especial tendrá el conteo de tarucas, que esta próxima semana iniciarán los guardaparques de CONAF en toda la precordillera de Putre. Y es que durante el presente año la institución, actuando en su rol de secretaria técnica nacional para este trabajo, actualizará el “Plan nacional de conservación de la taruca (Hippocamelus antisensis)”. La especie, conocida también como el huemul del norte, está categorizada como vulnerable, aunque hay autores que piensan que debería estar en estado crítico, por lo limitado de su distribución en el territorio nacional.
Para llevar a cabo el conteo, y a diferencia de los censos de vicuñas o flamencos, los seis guardaparques usarán esta vez bastones de trekking, ya que sus recorridos serán por terrenos escarpados, con pendientes altamente pronunciadas. Las caminatas se harán preferentemente en los horarios de amanecida y atardecer, por ser los momentos con mayor factibilidad de avistar a este ciervo que cuesta mucho avistar y fotografiar por su capacidad para mimetizarse con el paisaje silvestre de la zona, y confundirse con la vegetación del lugar.
Según indica el director regional de CONAF, Leonel Quintana, “lo desafiante para nuestra institución es la oportunidad de ampliar la labor de conservación más allá del Parque Nacional Lauca ya que se incluyen los bordes del área protegida, pero el trabajo se extiende a toda la precordillera, y en especial a sectores de Ticnamar que tienen el carácter de sitio prioritario de conservación de la biodiversidad regional. Dicha calificación obedece a que allí se concentran una interesante conjunción de especies de fauna –taruca y guanaco, entre otras–, formaciones boscosas de queñoa (Polylepis rugulosa) y es hábitat invernal de las aves pequeñas que llegan de las áreas silvestres protegidas.
Quintana precisó que junto con las observaciones y cifras que se recojan en el conteo de tarucas, sumaremos asimismo la mirada de los actores del territorio, ya que los guardaparques tomarán también contacto con los residentes de las cercanías, para indagar sobre sus inquietudes en la convivencia con este recurso de nuestra fauna regional”.
Resguardo del hábitat
Por su parte el biólogo Esteban Zúñiga, encargado de la sección Conservación de la Diversidad Biológica, de CONAF regional, detalla que “lo que se busca es resguardar que la especie mantenga presencia en su hábitat. Entonces este trabajo de terreno persigue verificar esta presencia, mediante los recorridos en diez sectores diferentes de la precordillera, en una franja amplia desde el borde del Parque, pasando por diversos puntos de la precordillera de Putre y alcanzando también sectores de la comuna de Camarones. El propósito es realizar avistamientos directos e indirectos. En estricto rigor más que un registro total, es monitorear que la taruca siga presente en los lugares que han sido su hábitat a lo largo del tiempo”.
CONAF Arica y Parinacota efectúa conteos de la especie dos veces al año: en época estival o lluviosa (marzo o abril) y en la época seca (invierno). El segundo registro del 2016, arrojó un total de 54 tarucas captadas en 14 avistamientos directos, lo que da cuenta de su permanencia en el hábitat, pero no necesariamente de la población total.
Amenazas
En la actualidad la taruca enfrenta amenazas por competencia con el ganado doméstico, alteraciones de su hábitat, ataques de perros y caza ilegal.
El trabajo censal del verano –época lluviosa en el norte–, se extenderán entre el 21 y el 23 de marzo. Para mayo en tanto, se prevé el taller de actualización del Plan nacional de conservación de la taruca, que reunirá a diversos actores públicos y privados, entre ellos la ONG Tarukari, que ha aportado información metodológica para el trabajo, en pro de la importancia de este recurso para los ecosistemas de montaña que posee Chile.