El integrar las capacidades para entender el entorno socio-cultural y luego para poder interactuar con las comunidades para prevenir o solucionar conflictos, fue el objetivo del primer taller para la aplicación de herramientas del Manual de Manejo de Conflictos Socioambientales, documento trabajado y editado por la gerencia de Áreas Silvestres Protegidas de la Corporación Nacional Forestal (CONAF).

En la actividad, realizada en Olmué, Región de Valparaíso, participaron guardaparques representantes de diferentes regiones, con especial énfasis en la Región de La Araucanía, y contó con la colaboración de la DOI-ITAP del Departamento del Interior de la Embajada de Estados Unidos y la fundación PEW.

Uno de los aspectos que más se relevó en este encuentro, tal como se señala en el mismo manual, es que “una buena gestión de los conflictos que afectan a las áreas silvestres protegidas requiere comprender este entorno, así como los intereses de otros actores respecto de las áreas silvestres protegidas y sus recursos”, para lo cual se requiere de personal calificado en estas materias.

En este mismo sentido, se explicó también y fue uno de los ejes del taller, que a pesar de la relevancia de los enfoques ecológicos y biológicos, estos no son suficientes para asegurar que las áreas protegidas cumplan con sus objetivos de conservación y protección, ya que la gestión también requiere del conocimiento y comprensión del contexto social, cultural y territorial.

Así también lo destacó en su intervención el gerente de Áreas Silvestres Protegidas de CONAF, Richard Torres, quien señaló que se requiere contar con personal capacitado en estas materias, considerando que la participación es un eje fuertemente impulsado por la actual administración de CONAF, por lo que es muy importante trabajar con las comunidades locales y aledañas, sobre todo con aquellas con el componente indígena.

Entre las herramientas que se trabajaron, estuvieron las que permiten contar con las competencias para los procesos de diálogo colaborativo con las comunidades locales y territoriales, también con actores del ámbito público y privado, permitiendo con ello mantener una relación armoniosa y buscando prever o solucionar probables conflictos.

En la actividad, realizada en Olmué, participaron guardaparques representantes de diferentes regiones, con especial énfasis en la Región de La Araucanía.